Príncipe Carlos hizo lobby a favor de esquema offshore en Perú tras comprar acciones
Después de la revelación de Ojo-Publico.com sobre un millonario esquema offshore liderado por Sustainable Forestry Management Limited (SFM) y dedicado al mercado de bonos de carbono a través de Bosques Amazónicos en el Perú, la BBC y The Guardian revelan que el príncipe Carlos hizo campaña para alterar acuerdos sobre el cambio climático y así beneficiar a SFM, semanas después de comprar secretamente acciones en esta empresa registrada en el paraíso fiscal de Bermuda.
El príncipe Carlos de Gales, hijo mayor de la Reina Isabel del Reino Unido y heredero a la corona británica, hizo lobby a favor de Sustainable Forestry Management Limited (SFM), después de comprar secretamente acciones en esta empresa registrada en el paraíso fiscal libre de impuestos de Bermuda, administrada por la firma Appleby y con actividades en la selva de Perú a través de la compañía Bosques Amazónicos, detallan los medios internacionales BBC Panorama y The Guardian.
Ojo-Publico.com reveló el último domingo –luego de analizar los millones de datos filtrados en los Paradise Papers al diario alemán Süddeutsche Zeitung y compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y sus medios aliados– que SFM es el núcleo de una compleja red de sociedades offshore dedicadas al mercado de los bonos de carbono, un esquema que entidades internacionales advierten como posible fachada para delitos financieros y tributarios.
Miembros de la realeza, magnates petroleros, dueños de lujosas islas y decenas de las personas más ricas del mundo invierten en bonos de carbono a través de un complicado esquema offshore con negocios en la selva del Perú.
Hoy los Paradise Papers revelan un nuevo capítulo en este entramado de paraísos fiscales: el Ducado de Cornualles –institución que administra las tierras y propiedades del heredero a la corona británica– compró de forma secreta acciones de SFM por un monto mayor a los US$ 113 mil en febrero de 2007, gracias a la intervención del difunto Hugh van Cutsem, terrateniente inglés y uno de los amigos más cercanos al príncipe Carlos.
“El presidente agradeció al señor Van Cutsem por la presentación del Ducado de Cornualles y la junta acordó por unanimidad que la adhesión del Ducado de Cornualles se mantendrá confidencial, excepto cualquier divulgación requerida por ley”, detalla el acta de la reunión de febrero de 2007 en Nueva York, donde participaron los fundadores Eric Bettelheim y Alan Bernstein, y a la que Ojo-Publico.com tuvo acceso.
Van Cutsem junto con sus hijos Edward, Hugh, Nicholas y William fueron accionistas de SFM, empresa offshore liquidada en 2011 que administró el patrimonio de decenas de millonarios inversionistas a través de por lo menos 14 empresas constituidas en los paraísos fiscales de Islas Caimán, Bermuda, Bailía de Guernsey, Isla de Man, Islas Vírgenes Británicas (todos territorios británicos de ultramar), Luxemburgo, Panamá y Suiza. Desde el año 2007, SFM patrocinó a la empresa peruana Bosques Amazónicos en sus proyectos de reforestación y bonos de carbono en la región Ucayali, afectada por el tráfico de madera, la invasión de tierras y el asesinato de agricultores e indígenas.
SECRETO. Los Paradise Papers revelan que el príncipe Carlos compró en secreto acciones de SFM, offshore con actividades en la selva de Perú. / Ojo-Publico.com
El príncipe inició una campaña a favor de cambios en el Esquema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea y el Protocolo de Kioto semanas después de recibir en su oficina documentos preparados por los abogados de SFM, según revelan los Paradise Papers. La sociedad offshore intentaba que ambos acuerdos climáticos incluyeran los bonos de carbono producidos por los bosques tropicales y subtropicales. A pesar de que el heredero de la corona británica se pronunció de manera pública y privada a favor de los intereses de la empresa –sin mencionarla ni declarar que era accionista–, ambos documentos no sufrieron cambios.
“Los bonos de carbono son solo un ejemplo de lo que el príncipe ha defendido desde los años 90 y continúa promoviendo en la actualidad”, aseguró a los medios británicos un portavoz de Clarence House, la casa del príncipe de Gales. “Nunca ha decidido hablar sobre un tema simplemente porque haya una compañía en la que podría haber invertido”, acotó.
“Hay un conflicto de intereses entre sus propias inversiones a través del Ducado de Cornualles y lo que está tratando de lograr públicamente”, aseguró Alistair Graham, expresidente del Comité de Normas en la Vida Pública, consultado por BBC Panorama. Antes de los Paradise Papers, no se conocía públicamente que el patrimonio del príncipe estuviera en paraísos fiscales, explica la periodista Hilary Osborne de The Guardian.
VIEJOS AMIGOS. Hugh Van Cutsem, presidente de SFM y accionista junto a sus hijos, perteneció al círculo íntimo del príncipe Carlos. / The Guardian
En julio de 2007, cinco meses después de la compra de acciones por parte del príncipe y en plena campaña del Ducado de Cornualles, SFM se convirtió en la administradora exclusiva y compradora principal de los bonos de carbono producidos por Bosques Amazónicos en sus proyectos de reforestación de la Amazonía del Perú. Ojo-Publico.com además determinó, luego de revisar archivos y documentación de la firma Appleby y la información registral de la subsidiaria peruana, que Bosques Amazónicos tuvo transacciones económicas por más de US$ 71 millones con SFM y otras dos offshore del mismo grupo empresarial.
Bosques Amazónicos hipotecó sus tierras, entre los años 2009 y 2013, a Octavian Special Master Fund L.P, offshore en las Islas Caimán, y a Asterix Ltd., registrada en el paraíso fiscal de Bermuda. Esta última sociedad tuvo como directores a los peruanos David Saettone Wattmough, exgerente general de Pacífico Seguros y del Banco de Crédito de Bolivia, y José Cárdenas Mares, socio principal de la firma de abogados Rebaza, Alcázar & De las Casas. Ambos son actualmente accionistas de Bosques Amazónicos.
LOBBY. El príncipe Carlos inició una campaña a favor de los intereses de SFM, después de comprar secretamente acciones en la empresa. / Ojo-Publico.com
"SFM se comprometió a financiar las operaciones de reforestación y cuidado de bosques de Bosques Amazónicos hasta por la suma de US$20 millones. En contraprestación, Bosques Amazónicos se comprometió a entregar los créditos de carbono generados en sus proyectos a valor de US$0.5 por cada crédito de carbono”, aseguró Cantuarias. En el periodo 2008-2012 los precios de cada bono de carbono rondaban los US$5 en el mercado voluntario de Estados Unidos y llegaban a los US$52 en Europa.
En su informe de junio de 2013, The International Criminal Police Organization (Interpol) asegura que el negocio de los bonos de carbono es particularmente susceptible a ser penetrado por actividades criminales, sobre todo a través de un mecanismo en particular conocido como la manipulación de precios de transferencia.
ESQUEMA. SFM, a través de un complejo esquema offshore en ocho paraísos fiscales, operó en el negocio de los bonos de carbono en el Perú. / Ojo-Publico.com
La policía internacional explica que con el objetivo de evadir o eludir impuestos una subsidiaria en un país en desarrollo vende sus bonos de carbono –a un precio muy bajo– a una sociedad establecida en un paraíso fiscal, la cual a su vez vende aquellos bonos, a un precio muy alto, a la empresa matriz. En el Perú, la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), a través de la Gerencia de Fiscalización Internacional y Precios de Transferencia, lucha agresivamente contra la manipulación de precios como el descrito por Interpol en el mercado del carbono. Los Paradise Papers describen una práctica similar en el caso de SFM y la amazonía peruana.
El 18 de junio de 2008, el Ducado del príncipe Carlos vendió su 50 acciones en SFM por US$ 325 mil. Los Paradise Papers detallan que SFM fue liquidada tres años después. En 2017, Bosques Amazónicos trasladó todas sus tierras hipotecadas al grupo SFM en Ucayali a Andean Crown, fondo de inversiones peruano dirigido por Saettone.